VIDEO/ Ramos: «Ciertos dirigentes políticos utilizan discursos teológicos o citas bíblicas para justificar prácticas de dominación, corrupción y sacrificio social»

13.11.25  (Por Luis Charly Carabajal)    «Buscan purificar su imagen, sacarse fotos con pastores o sacerdotes, usar símbolos religiosos para legitimar decisiones que perjudican a las mayorías» dijo Diego Ramos. «Pero el mensaje genuino de Jesús —para quienes vivimos la espiritualidad cristiana— nunca fue el sacrificio del pueblo. No fue empobrecer a la humanidad ni destruir cuerpos y territorios. Sin embargo, estas derechas construyen un relato donde hablan de “purificar la política. ¿Y qué significa eso? Significa demonizarla» afirmó en una entrevista por Radio Victoria «La voz de los Pueblos» en Guatemala.

Entrevista

Invitado: Politólogo Diego Ramos (Argentina)
Motivo: Participación en el Congreso Continental de Espiritualidades y Teologías Políticas desde Abya Yala – Guatemala

Conducción – Radio Victoria: Muy buenos días a toda nuestra audiencia. Transmitimos en vivo desde la costa sur de Guatemala, desde Radio Victoria, La Voz de los Pueblos.

Seguimos con esta transmisión especial desde el Congreso Continental de Espiritualidades y Teologías Políticas desde Abya Yala, que se realiza del 7 al 10 de noviembre en Mazatenango.

Nos acompaña el politólogo argentino Diego Ramos, cuyas reflexiones sobre la situación política en Argentina y los paralelismos con Guatemala generaron mucho interés entre quienes participan del Congreso.

Diego, muchas gracias por estar con nosotros. Para comenzar, algo que llamó la atención de la audiencia es tu análisis sobre cómo sectores políticos utilizan el nombre de Dios para legitimar prácticas de corrupción y saqueo. En Guatemala vivimos algo muy similar: gobiernos de derecha que han saqueado territorios por décadas y que ahora moldean sus discursos alrededor de la Biblia. ¿Qué podemos alertar a la población?

Diego Ramos: Primero, un saludo grande a toda la audiencia y mi agradecimiento a la organización por la invitación. Este Congreso es un espacio muy valioso porque nos permite pensar lo político y lo teológico desde nuestras realidades latinoamericanas.

Lo que estamos viendo —en Argentina, en Guatemala y en toda América Latina— es cómo ciertos dirigentes políticos utilizan discursos teológicos o citas bíblicas para justificar prácticas de dominación, corrupción y sacrificio social. Buscan purificar su imagen, sacarse fotos con pastores o sacerdotes, usar símbolos religiosos para legitimar decisiones que perjudican a las mayorías.

Pero el mensaje genuino de Jesús —para quienes vivimos la espiritualidad cristiana— nunca fue el sacrificio del pueblo. No fue empobrecer a la humanidad ni destruir cuerpos y territorios. Sin embargo, estas derechas construyen un relato donde hablan de “purificar la política”. ¿Y qué significa eso? Significa demonizarla.

Cuando uno escucha “la política es corrupta”, “la política es sucia”, “la política no sirve”, ese es el escenario perfecto para que la derecha gobierne sin resistencia, porque desmoviliza a la gente y la convence de que participar es malo o inútil.

Conducción: Aquí en Guatemala escuchamos mucho ese discurso: “yo soy empresario, no necesito robar”, pero al final terminan usando la política para aprobar leyes o estructuras que benefician a los mismos grupos de siempre.

Diego Ramos: Exactamente. Ese es el gran engaño. Dicen no necesitar la política, pero la utilizan para corromper el sistema, engordar sus arcas y profundizar la desigualdad.

Por eso es tan importante que recuperemos una idea esencial: la política es buena, la política es justa, la política es el instrumento para transformar la realidad. Pero depende de quién la ejerza. Necesitamos hombres y mujeres justos, bondadosos, comprometidos, que decidan ocupar esos espacios.

Si no disputamos el espacio público —la agenda política, las decisiones del Estado— todo queda en manos de quienes usan la fe como herramienta de manipulación.

Podemos rezar, cantar, celebrar, y eso fortalece el espíritu. Pero la transformación de la vida material —la comida, la salud, la educación, la justicia— es política. Y si no participamos, otros deciden por nosotros.

Conducción: Hay algo muy fuerte en lo que decís. En nuestras comunidades a veces se escucha: “yo soy cristiano, no quiero conflicto”. Pero defender derechos, defender el territorio, siempre trae tensiones.

Diego Ramos:  Claro. Defender la vida, defender la tierra, defender la comunidad inevitablemente te pone frente a poderes que producen muerte. No es un conflicto con el Evangelio, es un conflicto con quienes amenazan la vida.

La espiritualidad anima, sostiene, fortalece. Pero la transformación —insisto— es política. Hay que preguntarnos: ¿Qué queremos hacer con la política? ¿Vamos a ocupar el Estado? ¿O nos vamos a quedar solamente resistiendo desde afuera?

Necesitamos volver a construir comunidad, recuperar el sentido colectivo, porque sin comunidad no hay proyecto político, y sin proyecto político no hay justicia social.

Conducción: Diego, muchas gracias por esta claridad, por esta palabra sencilla pero profunda que interpela a nuestras realidades. Te agradecemos por compartir tu experiencia desde Argentina y por sumarte a este espacio espiritual y político que estamos viviendo aquí en Guatemala.

Diego Ramos: Gracias a ustedes. Es un honor caminar y pensar juntos desde Abya Yala.

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